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domingo, 1 de junio de 2014

MANUEL BUENDIA: Nómadas



MANUEL BUENDIA


NÓMADAS



Los vemos en las estaciones de autobuses, de tren, de metro, e incluso en los aeropuertos. En otros tiempos vagaban de un lugar a otro, con una periodicidad casi exacta, donde el ritmo natural del clima marcaba su devenir. Otros en cambio, emigraban huyendo de las guerras provocadas por la invasión de aquellos a los que su lugar se quedaba pequeño, y con su desplazamiento masivo eran capaces de derribar imperios.

Las guerras, en su mayoría, fueron provocadas por la necesidad de supervivencia de unos y otros pueblos, y para ello anexionaban territorios, pero al apropiarse de ellos condenaban a otros al exilio. La historia de la humanidad es un devenir constante producto de su propia evolución. Los primeros homínidos que salieron de África tardaron un instante, en la cronología terrestre, en colonizar todo el planeta.

A pesar de todo ello, los sociólogos aseguran que el ser humano es sedentario por naturaleza. Es más evidente en el hombre moderno, ese que ha llegado al corazón mismo de la sociedad de consumo, el que de un plumazo, en una sola generación ha aumentado sus posesiones hasta casi el infinito: La casa, el coche, los electrodomésticos, los libros, la colección de discos, y un larguísimo etcétera.

El nómada moderno no difiere en esencia de aquellos de tiempos lejanos. Su nomadismo, en muchos casos, es de corto recorrido y, se limita a recorrer diariamente los kilómetros que separan el lugar de trabajo del lugar de residencia. En las grandes urbes, la inmensa mayoría de la población, deambula a diario en las subterráneas tuberías del Metro, en las grandes avenidas de las ciudades y en las vías de conducción de cualquier tipo de transporte humano.



ROBERTO BAÑOS VILLALBA: La rotativa


ROBERTO BAÑOS VILLALBA


LA ROTATIVA

ROTATIVAS

Tenía ¡por fin! El artículo de su vida. Acababa de obtener una confidencia que ponía en su mano la llave para un artículo de primera página.

Llevaba más de dos años investigando una serie de operaciones a gran escala que uno de los banqueros más importantes del país realizaba desde la sombra. Éste, se alió con personas de alto rango político, cuyo tráfico de influencias era notorio y de auténtico resultado positivo para sus propósitos.

Una serie de compañías ligadas a otras dentro y fuera del país, hacían que a poco de adentrarse en el enmarañado negocio, uno se perdiera entre tanto testaferro y tantas compras y ventas de acciones, no pudiendo saber quién era el propietario y cómo se obtenían las ganancias.

Sabía que era arriesgado lo que hacía y que en un momento dado su vida podría estar en peligro. Gentes del hampa y del narcotráfico se hallaban mezcladas, y era presumible que no perdonarían a un entrometido periodista, sacar una primera página que pudiera dar al traste con sus negocios.