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martes, 21 de octubre de 2014

LUCIA SUMMER: la chica de los ojos claros



LUCIA SUMMER


LA CHICA DE LOS OJOS CLAROS


Era una noche lluviosa cuando la vi., yo vagaba sin rumbo, paseaba, mataba el tiempo, estaba sólo, en una ciudad desconocida, tampoco tenía demasiadas ganas de conocerla, había acabado mi trabajo, mañana volvería a casa, a lo mío.

Ella estaba parada en mitad de la calle, sin paraguas ni chubasquero, me llamó mucho la atención, en mitad de la calle, una calle principal de una capital de provincias, no importa ahora cuál era….pero ella me llamó la atención…estaba mojada y no parecía importarle…estaba allí en medio, casi me impedía el paso, estuve a punto de esquivarla y seguir mi camino, pero no pude, ahora no recuerdo por qué…pero no pude.

Me paré a su lado, la miré, estaba calada, ella creo que ni me vio, todavía hoy no sé por qué le dije que si le apetecía pasear, absurdo pues llovía, aunque finamente, pero llovía, le ofrecí mi paraguas… Ella aceptó con una sonrisa y anduvimos un rato. No le pregunté su nombre, ni ella preguntó el mío.. sólo éramos unos desconocidos paseando bajo la lluvia
.

Sólo fue un paseo, no intercambiamos palabra alguna, pero algo muy profundo encendió mi corazón, sus latidos se aceleraban por momentos y yo no sabía muy bien que pasaba, ni por que me pasaba.

Nunca creí en el amor a primera vista, ni en Cupido, ni en sus flechas…por eso no se explicar muy bien lo que después pasó.

Sin darme cuenta apenas, le pedí que subiera a mi hotel, se quitara la ropa mojada y se quedara conmigo esa noche, fue un impulso lo que me empujó, o quizá la soledad de esa noche.

Recuerdo haberle dicho: por favor no pienses mal, no tengas ningún miedo de mi, simplemente quédate esta noche a mi lado, aunque he de reconocerte que me apetece mucho hacerte el amor ahora mismo….tan excitado estaba que me atreví a preguntarle si ella también lo deseaba y ella movió la cabeza en sentido afirmativo.

Algo extraño me sucedía, estaba ardiendo de pasión, no podía esperar a llegar a mi hotel. Así fue que de camino encontramos aquel otro hotel, era un lugar que yo conocía bien. Pero ¿por qué lo recordaba? igual es que había estado antes allí, en alguna de esas noches en las que perdí la conciencia del todo, en esa ciudad o en cualquier otra.

Hicimos mágica aquella noche, ella lo hizo todo bien, yo lo hice todo bien, me sacó fuera de mi, me dio todo el placer, creo que yo se lo di a ella  también.

A la mañana siguiente, ella estaba profundamente dormida.

No sabía como despedirla, ya no quería saber mas de ella, pero no quería ofenderla, por eso le dejé una nota, en ella quería decirle algo que la hiciera sentir bien, esto es lo que se me ocurrió: tu eres la semilla y yo soy la flor, hemos caminado en el jardín y plantado un precioso rosal, un rosal sin espinas, un raro rosal…no trates de encontrarme, por favor no lo intentes siquiera, simplemente vive en mi memoria, porque siempre estarás allí.

Una noche de amor fue todo lo que nos unió, solo hicimos el amor, el amor como dos desconocidos, eso éramos y seguiremos siendo.

Pero la vida manda, de nuevo sucedió que nos encontramos en el mismo camino, ¿puedes imaginar su sorpresa y la mía?...tardé en reaccionar, creo que le dije, por favor comprende, no me causes problemas, yo estoy enamorado de otra mujer…tú me diste lo que ella no quiere darme.

Sin poder evitarlo me sentí perdido en sus ojos, ella cogió una de mis manos, a la vez que la apretaba, sentí toda su ternura, había algo en aquella mirada que aquella lejana noche no vi, tan cegado estaba por mi pasión.

Fue la primera vez que la sentí, que realmente vi aquella mirada, ahora sabía que había perdido también el camino del verdadero amor.

Yo estaba en sus ojos, me ví en sus ojos, por un instante no me importó lo que me esperaba, tan seguro estaba de que ella me llevaría a los cielos…me derretía ante sus ojos, ante su dulce mirada, mi espíritu se elevaba como el viento.

¿es esto a lo que llaman romance? ¿es esto a lo que llaman amor?.

Lo cierto es que yo ya solo quería vivir en sus ojos.

Y en ellos me perdí hasta el fin de mis días.



Lucía Summer



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